Carlos Segovia
Madrid.- "Págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol". El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha evocado este versículo del capítulo 24 del Deuteronomio de la Biblia en el Desayuno Nacional de Oración en Washington. Se refería a que no había que explotar a los jornaleros y pagarles con puntualidad.
Los mercados financieros han reclamado justamente hoy eso mismo, que la economía española cumpla con puntualidad sus compromisos con el euro, que su sector inmobiliario pague sin más dilación sus deudas y que su sector financiero identifique con total transparencia cuál es su estado actual de riesgos sin tapar morosos ni ocultar fallidos.
Y como los inversores internacionales desconfían de que todo ello se vaya a producir, se ha desencadenado una retirada masiva de la Bolsa española y una jornada de pánico vendedor. Incluso se ha desplomado la cotización del Banco Santander (-0.96 / -9.4%), pese a que su presidente, Emilio Botín, ha anunciado unos beneficios "magníficos" de cerca de 9.000 millones de euros.
También se ha disparado el diferencial de rentabilidad del bono español con el alemán superando los 100 puntos básicos, lo que supone mostrar dudas sobre las cuentas públicas españolas apenas un día después de que el Gobierno haya remitido a la Comisión Europea un programa de estabilidad en el que se compromete a un ajuste presupuestario sin precedentes.
El problema es la pérdida imparable de credibilidad. Frente a las llamadas al optimismo del Gobierno, se han acumulado las declaraciones de preocupación por parte no ya sólo de los gurús del Foro de Davos, sino del director gerente del Fondo Monetario Internacional y el presidente del Banco Central Europeo sin olvidar que el comisario europeo de Asuntos Monetarios, Joaquín Almunia, ha visto "características similares" entre la economía española y la griega, que es considerada la bestia negra actual del mercado financiero occidental.
Por todo ello, la situación hoy en el sector financiero español es de oración por la economía española, de rezo para que logre recuperar credibilidad y que pueda convencer a los mercados de que, a diferencia de Grecia, puede sostener su deuda. Pero, para ello, el Gobierno debe demostrar, ya frente al vendaval, que puede enderezar el rumbo "antes de que se ponga el sol".
Fuente: DIARIO EL MUNDO.
Fuente: DIARIO EL MUNDO.
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