Álvaro Carvajal | Raquel Quílez | Madrid
Ferraz es un funeral. De pedir "cautela" por los sondeos, a la cruda realidad de los resultados. El desplome electoral es total y de récord, por debajo del mínimo histórico de Almunia en 2000, que obtuvo 125 diputados. Con el 83,34% escrutado suman hoy sólo 110 escaños. En unos meses se verá si Alfredo Pérez Rubalcaba afronta la próxima legislatura como líder de la oposición.
La primera y única reacción oficial ha sido de la directora de campaña, Elena Valenciano, para pedir "respeto" por los sondeos a pie de urna y ha remetido a una esperadísima declaración final de Rubalcaba que llegará en breves momentos.
El ambiente en la sede nacional del PSOE, en la madrileña calle Ferraz, es de absoluta desolación. La imagen que habla por sí misma está en la calle, donde apenas hay un puñado de personas, mientras que en la sede del PP hay cientos celebrando la mayoría absoluta de Mariano Rajoy.
Valenciano, que ha dicho saber que el PSOE va a tener "un notable grado de apoyo ciudadano" en una situación difícil, ha agradecido "de antemano" sus votos. Así, ha afirmado que el partido seguirá comprometido con su "lealtad a España", con "toda la energía de sus ideas" y con los compromisos que han adquirido en la campaña. Valenciano se ha detenido en la participación, que rondará el 70%, para apuntar que la principal ganadora hoy "es la democracia, que sale fortalecida".
Hasta ahora, el peor resultado del PSOE en unas elecciones generales eran los 125 diputados de Joaquín Almunia en 2000, aunque su suelo electoral se remonta a las elecciones constituyentes de 1977, con 118 diputados. Pero el batacazo es el epílogo de una caída libre que ha tenido varios puntos de inflexión, con la única excepción de las elecciones autonómicas del País Vasco. Perdió el poder en Galicia y Cataluña y quedó 'borrado' del mapa autonómico y municipal en las recientes elecciones del 22 de mayo. Nunca el PSOE ha tenido tan poco poder territorial. La siguiente parada de este 'vía crucis' es la cita electoral en Andalucía, aún sin fecha, donde los socialistas pueden ceder la última comunidad 'histórica', como ya hizo en Extremadura y Castilla-La Mancha.
¿Y ahora qué? El futuro y la 'reconstrucción' del PSOE pasan por el Congreso Federal, donde se elegirá un nuevo líder que sustituya a Zapatero como secretario general. El desplome electoral aumentará las presiones para que se celebre más pronto que tarde -la fecha límite es julio- para dotar al partido de un nuevo liderazgo sólido con el que recuperar al electorado y hacer oposición a Rajoy. En todo caso, no se espera que Zapatero anuncie una fecha este mismo lunes, en la reunión prevista en Ferraz para analizar los resultados. Rubalcaba aún tiene que decidir si aspirará a ser secretario general o, si bien, el resultado del 20-N es un lastre para su futuro y debe optar por dar paso a la renovación. Vienen meses muy movidos para los socialistas.
Ferraz, casi desierta de simpatizantes
Rubalcaba está siguiendo el desarrollo del escrutinio junto a otros socialistas como el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero; el secretario de Organización del partido, Marcelino Iglesias, y el vicepresidente Manuel Chaves, entre otros dirigentes del partido. También le acompaña su esposa, Pilar Goya, y su equipo de colaboradores, entre los que destacan Valenciano y Antonio Hernando.
Los resultados han arrojado más pesimismo a lo que ya se prevía. La calle está prácticamente desierta de simpatizantes, aunque Carlos piensa quedarse ahí con su bandera. "Comparas esto con como estaba hace tres años y te dan ganas de llorar", dice.
Paquita, de más de 60 años, ha sido una de las primeras en llegar, junto a otras tres amigas. "Teníamos que venir al menos a animarlos a los pobres", señala, aunque lamenta que la inmensa mayoría haya hecho caso a las encuestas y se haya quedado en casa. María José, por su parte, cree que se debe estar a "las duras y a las maduras".
En el interior de la sede hay más ambiente, con muchos militantes que han querido arropar a Rubalcaba en esta noche, pero la tristeza por los resultados se palpa en cada gesto.
Genaro está muy decepcionado y subraya que Zapatero no ha sido un mal presidente, sino que ha tenido que tomar las medidas contra la crisis por un contexto internacional determinado, mientras que el PP ha sido "cínico" en su política de oposición. Por ello, ha lamentado que la gente no haya sido más reflexiva.
Fuente: Diario EL MUNDO
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