¿SI HUBIERA UN REFERÉNDUM POR LAS AUTONOMÍAS VOTARÍAS PARA QUE DESAPAREZCAN O PREFERIRÍAS MANTENERLAS AUNQUE TE SUBAN MÁS LOS IMPUESTOS?

sábado, 24 de abril de 2010

LOS NUEVOS ATRACOS A MANO ARMADA DE LA SGAE


Ana María Fopiani | Cádiz
  • La SGAE le reclama al empresario pagos, con carácter retroactivo, desde 2002
  • Le acusan de poner música de CDs originales en las sesiones de ejercicio

   Una parte fundamental a la hora de preparar una clase de aeróbic es elegir la música correcta.  

   Dependiendo de la intensidad que se quiera dar a los ejercicios, convendrá elegir una música con un ritmo más ágil y rápido o pausada y relajante. Lo dicen los expertos, pero la Sociedad General de Autores de España (SGAE) no está para nada de acuerdo. A partir de ahora, los que quieran dar clases de aeróbic que lleven el ritmo a base de tarareos o palmadas, siempre que sus compases no hayan sido registrados.

   Los propietarios de los gimnasios de Cádiz miran de arriba abajo a todo aquel que pasa el umbral de su entrada. No se fían. Los inspectores de la SGAE han llegado a la ciudad y camuflan su identidad real, todo para interceptar a presuntos incumplidores y pedir dinero contante y sonante por cada una de las canciones que suenan en sus instalaciones. La primera de sus víctimas es Víctor Manuel Falcón Asensio, dueño de un gimnasio, quien no salía de su asombro cuando el inspector de la SGAE le plantó en su propia cara la factura por la música de las clases de aeróbic y spinning, además de por el hilo musical.

   "En total, unos 180 euros todos los meses", explica Víctor Manuel a ELMUNDO.es de Andalucía, aún perplejo por lo que considera "un atraco".

   El propietario del gimnasio Mondel, de 300 metros cuadrados, en los Extramuros de la capital gaditana, ha aclarado que el inspector de la SGAE le explicó con detalle la tarifa, que divide en dos categorías: la música de las clases de fitness y la del hilo musical.

También en peluquerías y bares

   Además, no sólo "me exigía la mensualidad a partir de ahora, sino desde que abrí las puertas del negocio y se aplicó un decreto que se esforzó en leerme y que era de obligado cumplimiento". Es decir, la medida tiene carácter retroactivo.

   La negativa de Víctor Manuel a aceptar inicialmente el pago, ya que "quería consultarlo e informarme", le ha llevado ahora a los tribunales. Días después de la visita del cobrador de la SGAE, se le presentó en el gimnasio una secretaria judicial. Con una citación. Y eso que, según asegura, usa CDs originales en sus clases.

   Fuentes judiciales han confirmado que la SGAE ha enviado inspectores a la capital y que controlan peluquerías, gimnasios e incluso se plantean "ir a por los taxistas". De momento, ha cundido cierta 'psicosis' y varias peluquerías consultadas este viernes han confirmado que han elminado la música de fondo.

Fuente: Diario EL MUNDO

No hay comentarios: