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miércoles, 3 de marzo de 2010

LAS CINCO METAS UTÓPICAS DE BRUSELAS PARA SALIR DE LA RECESIÓN EN EL 2020, SÍ HABÉIS LEIDO BIEN, 2020

María Ramírez (Corresponsal) | Bruselas

  • La CE quiere que el 75% de la población entre 20 y 64 años trabaje
  • También pide que los Estados inviertan el 3% del PIB en innovación
  • Otro objetivo es que la industria recorte al menos un 20% sus emisiones
  • Lograr que 40% de los jóvenes tengan una titulación universitaria

   En la lucha por salir de las cenizas de la recesión y la crisis social de casi 25 millones de parados, la UE afronta cinco reformas básicas para que dentro de diez años haya menos pobres, menos desempleados, más universitarios y más profesionales competitivos. La aplicación, sin embargo, dependerá de la voluntad de los Gobiernos.

   La Comisión Europea defendió el miércoles sus nuevos objetivos económicos para 2020, pero reconoció que su cumplimiento depende de la disposición de los Estados y rechazó con contundencia la idea del Gobierno Zapatero de imponer "sanciones" o "medidas correctivas" a quienes no hagan los deberes. "No hay instrumentos legales para los castigos. Y no sé si sería realmente adecuado hacerlo", afirmó José Manuel Durão Barroso, presidente de la Comisión, en rueda de prensa.

   La "economía verde e inteligente", una etiqueta que le gusta a la Comisión, aspira a cumplir cinco objetivos en 2020: que el 75% de la población entre 20 y 64 años trabaje (ahora es el 69%), los Estados inviertan el 3% del PIB en innovación, la industria europea recorte al menos un 20% las emisiones de CO2, 20 millones de personas salgan de la pobreza (ahora hay 80 millones en riesgo) y el 40% de los jóvenes tengan una titulación universitaria superior, con un abandono escolar inferior al 10%.

   Barroso destacó que, a diferencia de las fallidas reformas de la llamada Agenda de Lisboa de 2000, ahora los objetivos son claros y pocos. "No me acuerdo cuántos había en Lisboa. De hecho, nadie lo sabe", comentó el ex primer ministro portugués.

La implementación depende de los Estados miembros

   En cualquier caso, ésta es la orientación general para la UE, pero las metas deberán ser después personalizadas país a país. Cada Estado deberá decidir hasta dónde puede y quiere llegar. Barroso aseguró que, si algún Gobierno se desvía seriamente de estas reformas, la Comisión emitirá "advertencias". Aún así, reconoció que, al final, los resultados no dependen de Bruselas.

   "Si los Estados miembros no quieren, esto no va a ser posible por mucha estrategia que planteemos", comentó Barroso, que ya ha recibido una carta de la canciller Angela Merkel para advertirle que la imposición de obligaciones en política económica complicaría la aprobación del plan, que se discutirá en la cumbre de los Veintisiete a finales el 25 y 26 de marzo. Alemania no quiere interferencias en sus decisiones en este ámbito, protegido incluso por su Tribunal Constitucional desde la creación del euro.

   Según Barroso, ahora "hay más conciencia" de la necesidad de coordinación económica y Merkel no debe temer por la obligación comunitaria de estas reformas al estilo del Pacto de Estabilidad.

   Irónico, el portugués recordó que en 2005, cuando se revisaba la estrategia de 2000, algún jefe de Gobierno dijo entonces que no podría aceptar objetivos vinculantes o "perdería las elecciones". "Lo interesante es que al final las perdió", dijo Barroso, en referencia, probablemente, al ex canciller Gerhard Schröder.

El riesgo de la decadencia

   La Comisión insiste en que, si los Gobiernos no se toman en serio las nuevas metas, la UE caerá en una auténtica decadencia. "Si seguimos con un ritmo lento y descoordinado de reformas, nos arriesgamos a entrar en una pérdida permanente de riqueza, un crecimiento perezoso, altos niveles de desempleo y tensión social, y un declive relativo en la escena mundial", dice el documento.

   Los Gobiernos tienen cierta reticencia a los discursos abstractos habituales en Bruselas, pero el papel de la Comisión ha mejorado respecto a sus versiones iniciales: ahora hace más hincapié en la crisis actual y está más limpio de jerga comunitaria sobre el futuro, algo que molesta a los acuciados por el presente.

   Sin embargo, también ha eliminado los datos sobre qué se conseguirá con las reformas. En el documento original, la Comisión proyectaba al menos un 2% de crecimiento del PIB.

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