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sábado, 11 de septiembre de 2010

LA SOCIEDAD NEOYORQUINA DIVIDA EN EL NOVENO ANIVERSARIO DEL "11S" SOBRE SI LA CONSTRUCCIÓN DE UNA MEZQUITA EN LA ZONA 0 ES LA CONSAGRACIÓN O NO DE LA VICTORIA DE LOS TERRORISTAS ISLÁMICOS

Carlos Fresneda (Corresponsal) | Nueva York
  • Un grupo de oponentes al proyecto interrumpió el minuto de silencio
  • La Coalición para Parar la Islamofobia convoca una marcha
  • Los seguidores de Parar la Islamización de América se manifiestan a la vez
   La 'guerra santa' por cuenta de la mezquita de la zona cero y de la quema del Corán ha enturbiado la celebración del noveno aniversario del 11-S.

   Coincidiendo con el minuto de silencio de rigor a las 8.46 de la mañana (14.46 en España), un grupo de oponentes a la construcción del centro islámico ha desplegado una visible pancarta con la inscripción: "No nos rendimos".

   Llegados desde el otro lado del Atlántico, los fornidos miembros de la 'English Defence League' han abierto el fuego a primera hora de la mañana. "No queremos la sharia (ley islámica) ni en Inglaterra ni en Estados Unidos", explicó el portavoz del grupo, Dave Cooling. "Hemos venido hasta aquí para sumarnos a las protestas contra la construcción de la mezquita del 'triunfo' junto a este lugar sagrado".

   Dentro del recinto de la zona cero, con la torre "uno" del futuro World Trade Center emergiendo ya por encima de los 30 pisos, el alcalde Michael Bloomberg (partidario de la construcción de la mezquita) hizo un llamamiento a la unidad de los neyorquinos: "Ninguna otra tragedia ha golpeado nuestra ciudad de una manera tan profunda. Ningún otro lugar ha sido llenado por nuestra compasión, nuestro amor y nuestra solidaridad".

   El ex alcalde Rudolph Giuliani (contrario a la mezquita) ha preferido guardar silencio. El vicepresidente Joe Biden se ha sumado a la letanía de la lectura de las casi 3.000 víctimas. El presidente Obama ha presidido el acto solemne en el Pentágono, mientras que Michelle y Laura Bush se han trasladado a Shanksville, Pensilvania, donde se estrelló el vuelo 93 de United Arlines.

   La solemnidad con la que año tras año se han recordados los atentados del 11 de septiembre ha dejado entre tanto paso a la ira y al ruido, alimentados sobre todo desde el frente de los detractores de la mezquita.

   El parlamentario holandés Geert Wilders, partidario de la prohibición del Corán, participa este sábado en la "manifestación del recuerdo", en la que probablemente intervendrá con un mensaje grabado el ex embajador norteamericano en la ONU John Bolton. Pamela Geller, organizadora de la protesta y fundadora de Parar la Islamización de América, ha pedido a los neoyorquinos que dejen en sus casas la pancartas incendiarias y acudan a la marcha con banderas estadounidenses.

   La protesta tiene sin embargo un marcado cariz político, con la presencia de destacados comentaristas y "blogeros" conservadores. El punto de llegada será precisamente Park Place, a dos manzanas de la zona cero, donde está prevista la construcción del centro islámico del imam Feisal Abdul Rauf.

   Allí se celebra al mismo tiempo otra marcha, bajo la consigna "unidad y solidaridad" y apoyada por una treintena de organizaciones. Entre ellas, la recién creada Coalición para Parar la Islamofobia, a la que pertenece la neoyorquina Elain Brower.

   "Los demagogos de la derecha están creado una atmósfera tóxica de fanatismo, miedo y odio", sostiene Brower. "Las movilizaciones contra la mezquita no son un incidente aislado; forman parte de una campaña para fomentar la intolerancia y la discriminación y estereotipar a los musulmanes como terroristas".

   Anoche, como anticipo, cientos de neoyorquinos participaron en una vigilacia de duelo y tolerancia, convocada por la Unión de Libertades Civiles de Nueva York.

   La mezquita de la zona cero no sólo ha dividido a la población general (la mitad de los neoryorquinos se opone al proyecto) sino a las propias familias de las víctimas, que han tomado partido en las últimas semanas entre los detractores y los defensores. Atrapado entre ambos, Tom Aquaviva, que perdió a su hijo Paul en las torres gemelas, ha decidido no tomar parte en los actos de hoy: "El 11-S debería ser una fecha sagrada y no debería politizarse ni en un sentido ni en otro".

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