Agustín Yanel | Madrid
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| Los perroflautas lideraron los disturbios contra los católicos |
Izquierda Unida, algunos sindicatos de Policía y varios colectivos ciudadanos han exigido la dimisión de la delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión. Unos y otros, aunque por razones bien distintas, la responsabilizan de los incidentes ocurridos anoche en la madrileña Puerta del Sol, después de concluir la marcha laica, que acabaron con una carga policial, ocho detenidos y 11 heridos, entre ellos dos policías.
El portavoz de Izquierda Unida en el Congreso, Gaspar Llamazares, ha anunciado en un mensaje por Twitter que va a exigir "responsabilidades" al Ministerio del Interior, por no haber garantizado el derecho de Europa Laica a manifestarse "y sí la obstrucción". "España ha dejado de ser católica en su Constitución y en sus ciudadanos, no así en la actitud confesional de la Corona y las instituciones", ha escrito en otro mensaje.
La responsable del área de Juventud de IU, Esther López Barceló, ha criticado al Gobierno por no garantizar de una manera efectiva el derecho de manifestación, pero también ha denunciado "la despreciable utilización electoralista y política que el Partido Popular está haciendo de lo ocurrido".
Cree que la Delegada del Gobierno debe ser destituida, por su "demostrada incapacidad de previsión e intolerable provocación a los organizadores" de la protesta.
Esther López desvincula a quienes participaron en los incidentes, después de que se hubiera leído el comunicado final, de los asistentes a la marcha. "Sólo al final, cuando la tensión y el acoso hacia los manifestantes era más que visible, fue cuando la Policía intentó apartar a los grupos que entorpecían deliberadamente la marcha, muy bien informados de su recorrido y desarrollo, y a quienes la pasiva actitud policial animaba a incrementar su decisión de reventar la protesta cívica", ha afirmado.
Ecologistas en Acción y la asociación Globalízate también piden la destitución de la delegada.
La asociación HazteOir.org también ha pedido la destitución de la delegada, pero por razones totalmente contrarias a las de IU: la hacen responsable de "la violencia" que, en su opinión, ejercieron algunos asistentes a la manifestación laica contra los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud.
Sindicatos policiales
Los sindicatos de policía también reclaman responsabilidades. José María Benito, portavoz del Sindicato Unificado de la Policía (SUP), ha dicho que lo ocurrido demuestra que hubo "enormes deficiencias".
La Policía había remitido diversos informes a la Delegación del Gobierno advirtiendo de los riesgos que se podían producir si la manifestación pasaba por la Puerta del Sol, según ha recordado, pero no fueron atendidos. Ha pedido a los políticos que dejen dirigir de los dispositivos de seguridad a la Policía.
La Unión Federal de Policía (UFP) ha enviado un escrito al presidente del Gobierno pidiéndole que destituya la delegada por haber autorizado la marcha laica en el centro de Madrid.
La Confederación Española de Policía (CEP) ha coincidido con los otros sindicatos en criticar a la delegada del Gobierno, porque dicen que los incidentes eran previsibles y se podían haber evitado, pero no ha llegado a pedir su dimisión.
Desde el mundo de la política, además de la exigencia de dimisión de IU, el dirigente del PP Estaban González Pons ha declarado a la cadena Ser que la Delegación del Gobierno ha actuado "con complacencia" con los manifestantes contra la visita del Papa que tienen derecho a expresar su opinión, ha subrayado por autorizar la protesta en el centro de Madrid.
Frente a todas esas críticas de las dos partes, el ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, ha dicho a esa misma emisora que el Gobierno cumplió con la ley al autorizar la manifestación laica, porque "tenían derecho a celebrarla".
Tras recordar que la Delegación del Gobierno planteó otro itinerario, que los convocantes no aceptaron, ha afirmado: "Lo que luego ocurrió, bien entrada la noche, con los pocos que quedaban allí obligó a una intervención menor y colateral".
Fuente: Diario EL MUNDO
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