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jueves, 30 de abril de 2015

EDICIÓN ESPECIAL: Ascenso y caída de Juan Carlos Monedero, ideológo de Podemos

¿Quién le iba a decir a Juan Carlos Monedero Fernández-Gala que sería traicionado desde múltiples frentes justo cuando estaba a punto de cumplir su sueño?

El politólogo nacido un 12 de enero de 1963 pasa por sus horas más bajas. Criado en el seno de una familia obrera pero con un padre que milita en el Partido Popular, viró rápidamente hacia la izquierda más radical desde sus años más mozos tras haber estudiado tanto en colegios como institutos católicos.

Su sueño... demostrar que sí se podía construir y triunfar en una sociedad basada en los valores comunistas; tuvo su momento álgido cuando se convirtió en asesor del régimen venezolano entre los años 2005 y 2010, no sin antes, probar suerte también como asesor en Izquierda Unida (2000-2005) o militar en el Partido Socialista (1982-1986).

Algo absolutamente fútil, como ha demostrado la Historia en incontables ocasiones.

Sin embargo, eso no desanimó en ningún momento al ya ex número 3 por la formación púrpura. Ávido por la sed de popularidad y dinero, pronto dio el asalto a las televisiones españolas y también a las venezolanas. Nos deleitó con su 'sabiduría' no solo analizando la actualidad política, sino hasta con clásicos de Walt Disney donde Monedero, era capaz de ver aquello que ningún otro ser vivo podía.



Pero si bien era 'experto' en analizar aquello que nadie era capaz de discernir en series de animación americana, no fue capaz de ver, a pesar de haber estudiado en centros católicos hasta la madurez, que solo pueden tirar piedras quienes estén libres de todo pecado como apunta la Biblia (San Juan: 8-7).

Y Monedero no estaba libre precisamente.

Alguien de marcada ideología de extrema izquierda, comunista recalcitrante, no pudo evitar enriquecerse con los servicios prestados en Venezuela, con empresas diseñadas específicamente para hacer ingeniería fiscal (y eso que abandonó en su momento sus estudios de economía para hacerse politólogo) y todo lo que se lo puso por delante. Faltando cínica e hipócritamente, a su propio credo comunista.

Monedero, la personificación del afán de protagonismo.
Y aunque en un primer momento, Monedero, el "tesorero de Podemos", era todo un ejemplo de empresario en palabras del 'gran líder' Pablo Manuel Iglesias Turrión, es decir, el templario de Iglesias defendía a empresarios con empresas sin trabajadores, pronto las desavenencias se hicieron irreconciliables.

Así tras el narrado episodio (y varias réplicas de considerable magnitud), la formación púrpura fue quitando del medio al hasta entonces "gran amigo". Empezaron por apartarlo todo lo que pudieron de las elecciones andaluzas (celebradas en marzo de 2015) y a vetarle sus 'chutes' en vena de televisión.

Monedero daba mala imagen al partido, la teoría de las "camisas del Alcampo" hacía aguas en todos los hombres de la cúpula y el lastre de Venezuela les pesaba a todos más y más.

Entonces llegó el tiempo de los llantos, el de mis "compañeros me dan de lado", el de renegar de Venezuela, pero ya nadie les creían. Monedero se ahogaba. Su yerma vida estaba perdiendo aquello por lo que de verdad había luchado desde la madurez: su afán de protagonismo.

Llegó el momento de la explosión. Monedero ya no podía soportarlo más.

De esta manera, en un último esfuerzo emuló la trifulca de los ochenta entre Felipe González y Alfonso Guerra. El primero fue un líder y presidente español durante 14 años, el segundo, un ideólogo a la sombra que pagó el pato de los escándalos de su hermano. Y así Monedero, arremetió un 30 de abril de 2015 contra el partido que él ayudó a diseñar.

Bastaron 2 horas para la pantomima que vino después. Iglesias, enfadado lo cesa (aunque da una rueda de prensa pastelera donde dice que se ha ido su número 3 "lamentando la gran pérdida" y aseverando con ironía: "que el partido se le quedaba pequeño a un intelectual como Monedero").

El templario asesta la última puñalada. De todas formas, ya no necesitaba al ideólogo como González con Guerra en su momento, poniendo fin al sueño de Monedero.

Ese hombre sin vida, sin familia propia a sus 52 años, que ha vivido toda su vida por un sueño en el  que finalmente, ha fracasado estrepitosamente.

'Se nos va' un 'grande' que supo secuestrar la voluntad del pueblo,
pero que no pudo soportar los designios de su propia hipocresía.

Adiós Juan Carlos,
consuélate pensando que no serás el último.

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